World Bank Voices, 13 de enero de 2024:
La pobreza es multidimensional. Si pensamos en los pensadores clásicos, Adam Smith se refirió a las bases del respeto a uno mismo y a la importancia de poder “aparecer en público sin vergüenza”, mientras que John Rawls escribió sobre los “bienes primarios”, que incluían derechos y libertades además de ingresos y riqueza. Amartya Sen, avanzando en la formalización, trajo la noción de “funcionamientos” como los “seres y haceres” efectivamente disponibles para las personas en su conjunto de capacidades, para que puedan “perseguir los planes de vida que tienen razones para valorar”.
Pero explorar qué dimensiones son “apropiadas” en cada contexto ha sido una búsqueda fundamental de los analistas y profesionales del desarrollo en las últimas décadas.
Han pasado casi 30 años desde que Sabina Alkire dedicó su trabajo a la comprensión, clasificación y medición de las múltiples dimensiones de la pobreza, particularmente aquellas que están “ocultas” en nuestros conceptos e indicadores. De hecho, hay
. Esas dimensiones incluyen aspectos relacionados con las emociones que desencadenan respuestas conductuales: sentimientos de aislamiento, discriminación, efectos sobre el sentido de la dignidad y el respeto por uno mismo, y desempoderamiento. Hemos recorrido un largo camino en nuestra manera de pensar acerca de la pobreza, pero nuestras acciones para abordarla y comprender las complejas interacciones entre dimensiones siguen sin desarrollarse.En el Banco Mundial, el proyecto “Voces de los pobres (i),” iniciado hace casi 30 años, se esforzó por pensar de manera diferente sobre la pobreza. Se basó en las opiniones de 60 000 personas que viven en la pobreza en 60 países para comprender mejor los desafíos que enfrentan, ayudando a ampliar nuestra comprensión de la pobreza para incluir no solo los ingresos y el consumo sino también la falta de acceso a la educación y la salud, la indefensión, la falta de voz, la vulnerabilidad y el miedo. Posteriormente, en 2012, el proyecto del Observatorio Social (i) utilizó una visión más amplia de las dimensiones de la pobreza para hacer que los proyectos de lucha contra la pobreza fueran más adaptables y, en última instancia, más eficaces. Desde 2018, la medida multidimensional de pobreza del Banco Mundial ha ido más allá de la privación monetaria para incluir otras dimensiones (i) como el acceso a la educación, la salud, la nutrición y los servicios básicos de infraestructura. Y en 2023, el Banco Mundial comenzó a publicar el índice de pobreza multidimensional, un esfuerzo de la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que es especialmente pertinente para los países de bajos ingresos.
Más recientemente, investigadores de la Universidad de Oxford y el movimiento mundial contra la pobreza ATD Cuarto Mundo descubrieron un conjunto de “dimensiones ocultas de la pobreza” (i) a través de un proyecto de investigación participativa de tres años de duración en seis países (Bangladesh, Bolivia, Francia, Tanzania, Reino Unido y Estados Unidos) que buscaba refinar aún más nuestra comprensión de la pobreza.
Los equipos identificaron nueve dimensiones de la pobreza que eran comunes en todos los países, a pesar de las circunstancias muy diferentes en cada uno, usando la metodología de “fusión de conocimientos” (i). Este enfoque reúne a personas en situación de pobreza (con su conocimiento de la realidad de la pobreza), académicos (con su conocimiento científico) y profesionales (con su conocimiento basado en la acción). Las dimensiones identificadas incluyeron la falta de trabajo o ingresos decentes, por supuesto, pero también sentimientos de impotencia, falta de control y experimentar “pobrismo” (i) (actitudes y comportamientos negativos hacia las personas que viven en la pobreza).